El 18 de diciembre es el Día Internacional del Migrante, un día en el que hoy nos sentimos más protagonistas que ayer: Hace unos 10 años, eran ciudadanos de otros países los que migraban a España, hoy somos nosotros los que salimos de nuestro país.
Antes la migración se miraba desde arriba: Nuestro problema se reducía a la regulación del enorme flujo de personas que luchaban por traspasar nuestras fronteras para recoger las migajas de nuestro floreciente estado de bienestar. El escenario ha cambiado.
Ahora hemos tenido que volver a recordar que la migración se ve también desde abajo, cuando la crisis nos ha forzado a algo que ya nos sonaba a historias de nuestros abuelos, tener que buscar expectativas laborales en los países del norte.
Aprovechemos la celebración de este año para mejorar en ambas direcciones. Hacia abajo demostrando solidaridad con esos seres humanos que se dejan la piel en pateras y vallas fronterizas, y hacia arriba defendiendo nuestra dignidad al demostrarle al mundo la excelencia humana y profesional de los españoles.