Con billete de ida a Berlín
Cuando empecé a estudiar en la universidad tenía muy claro que en cuanto terminara me iría fuera de España a probar suerte. El último año de la carrera conseguí una Por eso, trabajar en Chile no es tan fácil como parece. Práctica Erasmus a Berlín en una revista cultural como fotógrafa (ver fotos) y, aunque mi destino favorito siempre fue Londres, decidí probar una ciudad nueva para ver qué me encontraba. El caso es que me planté y fui a trabajar en Berlín sin tener ni idea de alemán y sin conocer la ciudad.
La llegada
Llegué a Berlín un 30 de septiembre y tuve la suerte de que una de mis mejores amigas vivía por aquel entonces allí. Entonces, las primeras semanas hasta que encontré un piso me quedé con ella. De hecho, se suponía que tenía un piso alquilado a través de una agencia, pero cuando fui a verlo resultó ser un desastre y mi amiga me acogió durante más tiempo del esperado.
La verdad es que una de las peores experiencias que tiene Berlín es la de encontrar piso, ya que se puede convertir en una misión imposible. Más que buscar piso, los pisos te eligen a ti y a veces hacen castings para elegir a las personas. El lado positivo de la vivienda en Berlín es que en general son pisos enormes y “baratos” (aunque cada vez están más caros). Tras un frustrante mes buscando piso encontré uno compartido con una chica sueca en el barrio de Kreuzberg, y sin duda fue una experiencia estupenda. Gracias a ella conocí a un montón de gente y sitios en la ciudad. Estuvimos viviendo juntas casi un año y hoy día es una de mis mejores amigas.
La revista y la ciudad
Las prácticas en la revista también suponían un reto para mí, porque aunque ya había hecho prácticas en otras empresas, sería la primera vez que hiciera unas en Inglés. De hecho, trabajar en Berlín tiene la ventaja de que casi todo el mundo habla inglés. Sin embargo, sí que es verdad que a la larga sería necesario aprender alemán. Los 5 meses de prácticas en la revista me encantaron: aprendí muchísimo y me ayudaron a soltarme más. Lo mejor de todo fue que gracias a ella me hice una experta de la ciudad, ya que me pasaba el día corriendo de un lado a otro para hacer fotos (ver fotos).
Conocí a gente muy interesante y familiaricé con la ciudad en un par de meses. Lo bueno de trabajar en Berlín es que, pese a ser una ciudad de 3.5 millones de habitantes, tiene las ventajas de una gran ciudad y de una ciudad pequeña. Es una ciudad que ofrece de todo: es imposible aburrirse en ella porque siempre hay algo que hacer. Al mismo tiempo es una ciudad con calidad de vida, dado que la gente no vive para trabajar sino que trabaja para vivir. También desde que estoy aquí he podido vivir las estaciones. Soy de Sevilla y allí prácticamente sólo tenemos verano así que desde que vivo en Berlín he vivido el otoño, que me encanta por los colores que tiene, y el invierno. Es cierto que hay días que duele el frío, pero me sorprendió lo bien que lo llevé. Además ¡me encanta la nieve!
La vida en Berlín tras mi Erasmus
Tras finalizar mi Erasmus y pasar un par de meses en España, decidí trabajr y vivir en Berlín sola. Entonces de nuevo volví a la ciudad y empecé a dar clases de alemán en las escuelas del Estado que se llaman “Volksschule”. Allí conocí a un montón de gente y conseguí una base de alemán. Tras las clases, me metí en el mundo de las startups y empecé a trabajar en marketing en el buscador de viajes GoEuro donde todavía sigo. La verdad es que cuando decidí irme a hacer la Erasmus a Berlín no tenía plan de quedarme, pero después de esa experiencia la ciudad me gustó tanto que no pude dejarla. Tras casi dos años, sigo cumpliendo mi sueño de vivir en el extranjero y llevo mi carrera hacia delante.
Autora: Marta Domínguez | Fotógrafa española en Berlín | Perfil LikedIn
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