Hace dos años tomé la mejor decisión de mi vida, y no fue la de irme de Erasmus en España, sino la de irme a vivir al extranjero. Yo soy turca y por aquel entonces tenía 20 años. La idea de irme al extranjero me atraía, pero también me daba mucho miedo… No sabía si conseguiría aprobar mis asignaturas en otro país, me asustaba sentirme sola y estar lejos de mi familia y amigos. En fin, al principio lo veía todo oscuro, pero como a la vez me excitaba tanto, decidí hacerlo y me fui de Erasmus en Córdoba 🙂
Mi primer día en Córdoba
El 11 de septiembre de 2014 llegué a Córdoba, a España, y justo al día siguiente era mi cumpleaños. Todavía estaba en shock por la llegada, y pensaba: “¿Qué estoy haciendo sola en una habitación de hotel el día de mi cumpleaños?”. Decidí cambiar el chip: al fin y al cabo, estaba viviendo el sueño de muchos, era una privilegiada, así que salí a la calle a descubrir cómo vivían los españoles. Hacía un calor exagerado, ¡más de 40 grados! Fui en busca de la plaza central de la ciudad, la plaza de Las Tendillas, y mi primera sorpresa fue ver que me entendían mejor de lo que yo pensaba, y eso que mi español todavía era ridículo.
Bueno, ¡y llegó la hora de cenar! Madre mía, como puede hacer tanto calor por la noche también… Fui a comer a la Taberna El Abanico, y me pedí algo típico cordobés: salmorejo, flamenquín y una Estrella Galicia. Con el salmorejo al principio me parecía imposible cenar: con la comida tan complicada que tenemos en mi país, no me parecía algo para cenar… y al final me he convertido en una aficionada del salmorejo, incluso lo cociné en Turquía para mi familia y mis amigos, ¡que no les gustó nada! Pero no penséis que lo cociné mal 😀
Conocer gente y aprender idiomas
El segundo día fue más entretenido, tenía que buscar piso y asistir a un evento de Erasmus para conocer gente. Eso me animaba más, porque siempre me ha gustado estar con gente y conocerla. Me duché, desayuné en un sitio al lado del Hotel, paseé por Las Tendillas, fui al puente romano, me hice fotos, las subí en Facebook, y ya tenía que volver para prepararme para ir al irish bar donde hacían el evento erasmus, el “Banagher”.
Conocí a mucha gente desde el primer día. Eso es lo mejor del Erasmus en España, que sin forzarte aprendes idiomas. No sólo te haces amigos, sino que también conoces a diferentes mundos, descubres la riqueza de estar en un ambiente internacional, cómo es vivir en el extranjero, qué haces cuando estás solo. Te descubres a ti mismo y aprendes muchas cosas divirtiéndote. Las noches que te duelen los pies de bailar hasta las mañanas… No cambiaría esta experiencia por nada en el mundo.
Los andaluces y los turcos
La verdad es que los andaluces se parecen a nosotros, los turcos. Especialmente por lo que concierne la relación entre personas, son similares a los de la región del Egeo, que es mi tierra. Son gente muy amable, desde que llegué para mi Erasmus en Córdoba todos han sido muy agradables conmigo. Y especialmente si eres extranjero, te ayudan siempre que puedan. Son muy divertidos, les gustan salir de fiesta, hablar, estar con mucha gente, y saben disfrutar de la vida.
Pero algo que me sorprendía mucho de ellos es que no conocen otros países muy bien. De hecho, me moría de risa de la tontería de preguntas que me hacían: “¿No eres muy blanca para ser turca? ¿Utilizáis camellos? ¿Te pones bikini en la playa? ¿Habláis árabe?” … Se me quedaba la boca abierta ante esas preguntas. Creo que el mundo debe dejar de tener prejuicios, porque todos nacimos en la misma tierra y bajo del mismo sol. Además, en comparación con otros países que he visto, los turcos somos más europeos que muchos europeos :D.
¿Volvería a hacer el Erasmus en España?
Córdoba es una ciudad perfecta para vivir: es pequeña, puedes ir andando o con bici donde quieras. Casi todos los estudiantes viven en el barrio Ciudad Jardín. Por eso, en muy poco tiempo este barrio se convirtió en un lugar familiar para mí ya que casi en cada calle tenía un amigo. Bueno, creo que debería decir familia porque se terminan convirtiendo en tu familia: estáis juntos en cada momento comiendo, bailando, riendo, y al final llorando también. Te haces muchos amigos de otros países, pero algunos son más cercanos, más especiales para ti.
Cada minuto que pasas con ellos vale más que todo el oro del mundo, y cuando llega el tiempo de despedirse, sufres y lloras tanto que hasta deseas no haber conocido nunca a nadie en tu vida. También puede pasar que te hagas un novio, y eso sí que es duro, cuando tu etapa Erasmus en España termina y debes volver a tu país y dejar a tu novio atrás… no sé cuántos días lo pasé mal, pero al final estoy aquí en Córdoba otra vez con mi novio y mis amigos que están visitándome, con lo que me ha dado Córdoba, disfrutando de la vida. Entonces, gracias a mi erasmus en Córdoba y gracias a España por hacerme esta yo, esta Gizem. ¡Gracias!
Gizem Yıldız
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